Érase una vez una mirada profunda, de unos ojos negros que me intimidaron, que me enamoraron...
No buscaba nada, simplemente alcé mi mirada al cielo azul y vi aves volando en círculo disfrutando el verano, el ocaso, el aire. Cuando volví la mirada a la tierra se cruzaron, casi cómplices, sincronizados, ansiosos, mis ojos con los suyos. Se detuvo el tiempo aquellos segundos en los que no pasó nada, nada diferente a una mirada fisgona, intrigante, profunda, tímida, triste, brillante, sensual...
Cuando reaccioné me sentí desnudo, descubierto, libre, armónico, tranquilo, enamorado. Pero no pasó nada, nada diferente a una mirada acusadora, enamorada, brillante, sensual...
Ojos, negros ojos, bellos negros ojos que se quedaron en mi mente cuando por fin me miraron fijamente. Me sedujeron esos ojos negros; los tendré mirándome eternamente... ¿sí? Al menos en mi mente, por ahora.
No buscaba nada, simplemente alcé mi mirada al cielo azul y vi aves volando en círculo disfrutando el verano, el ocaso, el aire. Cuando volví la mirada a la tierra se cruzaron, casi cómplices, sincronizados, ansiosos, mis ojos con los suyos. Se detuvo el tiempo aquellos segundos en los que no pasó nada, nada diferente a una mirada fisgona, intrigante, profunda, tímida, triste, brillante, sensual...
Cuando reaccioné me sentí desnudo, descubierto, libre, armónico, tranquilo, enamorado. Pero no pasó nada, nada diferente a una mirada acusadora, enamorada, brillante, sensual...
Ojos, negros ojos, bellos negros ojos que se quedaron en mi mente cuando por fin me miraron fijamente. Me sedujeron esos ojos negros; los tendré mirándome eternamente... ¿sí? Al menos en mi mente, por ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Tus comentarios son importantes y valiosos para mí, pues me ayudan a fortalecer mi crecimiento como autor, poeta y escritor. ¡Gracias!