martes, 21 de junio de 2016

Adelante

El reloj ahora va en reversa y sin embargo nada cambiará, no habrá manera de corregir lo que por derecho le corresponde al tiempo.

Llegan los fantasmas disfrazados de recuerdos, objetos, canciones, miedos, dudas, risas, llantos, suspiros, fotografías, promesas incumplidas... ¡Fantasmas!

Los malos días son el producto nefasto de haberlo dado todo cuando se debía guardar reserva; ahora queda el desgaste inútil que dejan las ilusiones perdidas, el tiempo perdido, la felicidad desdibujada, el puño cerrado que empieza a hacer daño, acumulando sangre... Pero ahora la sangre es fría, ahora se congela todo, se blinda contra cualquier manifestación estúpida de mentiras. Cuerpo congelado, inerte, existente solamente en lo hostil de un cuarto oscuro.

¡Adelante, adelante! El abismo espera ansioso para atraparnos; no queda más remedio que dejarnos caer, saltar al vacío, a la soledad eterna que quiso esconderse en compañías falsas.

domingo, 28 de febrero de 2016

La trascendencia del ser

¿Qué pasa realmente cuando una persona muere? Llantos, canciones nostálgicas, rezos, reencuentros forzados, palabras, abrazos sinceros y otros por cortesía, acompañamientos honestos y otros por cumplimientos, lágrimas, sonrisas, gente, soledad y de nuevo más gente.

Sin embargo, pareciera que la trascendencia del ser, tanto de quien ha fallecido como de los que quedamos aún en este plano, no llega a consolidarse. Hay culpabilidad, negación de la realidad, aferro a la vida corporal.

La trascendencia del ser es igual a la trascendencia del universo: nada en el universo muere, solamente se transforma, deja de ser algo para convertirse en otra cosa pero conservando su esencia pura.

Esa misma trascendencia del universo es la del ser; no tenemos que luchar por ganar el paraíso ni rezar pidiendo misericordia por el alma de quien fallece ni mucho menos pedir luz, pues ya ese ser ha trascendido y se ha convertido precisamente en luz, en energía, en alimento del universo.

Nada ni nadie deja de existir. Somos materia, partículas del universo y nuestra misión es y será siempre seguir contribuyendo al ciclo vital: ser energía pura.