sábado, 9 de abril de 2011

CASI MUERTO


He caído en la más lúgubre de las noches, en la más abrumadora de las soledades, en la más desesperanzadora frustración, en el más cruel de los abandonos, en el más triste de los llantos, en el más profundo de los sueños.

Es frustración porque siento que todo lo que he hecho no da resultado, no es valorado, no es, no es. Es tan grande el mundo y tan inmensa mi soledad que sumido en un mar de gente sigo sintiéndome solo, sin nadie a quien pueda hablarle, sin nadie quien pueda abrazarme, sin nadie que me vea llorar.

De nada sirve caminar bajo la lluvia, ni mucho menos pensar cuando uno siente que todo está perdido, que no existe un lugar en el que pueda estar, existir…

Es ahí cuando la realidad pierde todo sentido y comienzo entonces a soñar, cierro mis ojos, veo lo que quisiera ser, lo que quisiera que sucediera; sueño, sueño, sueño.

Hoy la única realidad que existe es mi cama, la nave hacia la fantasía, mis sueños, mi llanto, mi soledad. Pienso entonces en mi futuro y tiemblo de puro miedo porque es un futuro bastante incierto.

Las voces que escuchaba se van apagando, la felicidad que creí merecida se va marchando, la compañía de quienes creía leales se va alejando y mi vida, esa que estaba aprendiendo a vivir, se va marchitando, muriendo lentamente con el frío que llega e inunda hasta lo más profundo de mi ser.

Completamente solo, temeroso, vacío, frustrado… Son sensaciones que le quitan a cualquiera las ganas de seguir, de luchar, de vivir. Nunca mis palabras han sido tomadas en cuenta, nunca mis pensamientos fueron escuchados, nunca mis sentimientos fueron visibles. Nunca tampoco supe qué era yo para aquellos que dijeron estar conmigo.

Ahora en esta habitación sólo hay silencio, el más castigador de los silencios que no deja de perturbar mi golpeada mente y mi adolorido corazón que por más que intenten no encuentran respuestas para explicar la arrogancia, el egoísmo, la hostilidad, el salvajismo y demás plagas del mundo, no del planeta, sino de su gente, esa que dice ser inteligente.

Me cansé de toda esta farsa, me cansé de fingir sonrisas, de preocuparme por quien no lo valora, de hacer cosas por mejorar lo que nunca va a cambiar; me cansé incluso de pensar, de escribir, de hablar, de caminar, de luchar, de respirar, de vivir, de vivir…

Cierro mis ojos con la esperanza de que no los volveré a abrir o que cuando lo haga todo haya sido una pesadilla, que todo, en lo absoluto, sea igual o mejor que antes; no sentirme solo, vacío, frustrado… Sin embargo, en medio de mis sueños sigo siendo realista y sé que nada de lo que deseo se cumplirá.

Es por eso que ahora soy materia inerte, inmóvil, irracional… Jurando así no volver a sentir, pensar, actuar. Jurando así no sufrir, no querer. Jurando así no frustrarme, no llorar. Jurando así no estar solo, no caminar, no luchar. Jurando así simplemente dejar de vivir.