Tal vez a muchos de nosotros en ocasiones nos parece haber vivido una situación determinada antes de que ocurra; es decir, lo soñamos, lo sentimos, viajamos al futuro. Ésto es lo que se conoce como déjà vu; término francés que significa "ya visto o ya vivido". La primera persona que utilizó este término fue el investigador psíquico francés Emile Boirac.
La sensación de déjà vu viene acompañada por una confusión y desubicación momentánea del tiempo y el espacio; posteriormente se recuerda todo, cada detalle como si ya hubiera sucedido antes.
Aunque los cientificos han tratado de desvirtuar esta teoría, la mayoría de gente piensa que en realidad es algo que sucede y lo toman más como una clarividencia que como un engaño de la mente.
Son muchos los aspectos que se relacionan con el déjà vu; los más escépticos afirman que es simplemente un engaño de la memoria, que no es más que un recuerdo que tiene relación con una situación nueva. Otros afirman que es una profecía, un anuncio de lo que sucederá en el futuro para poder cambiar alguna circunstancia no favorable. Y otro aspecto aún más polémico es el relacionado con el uso de fármacos y drogas alucinógenas o trastornos mentales como esquizofrenia o psicosis que hace suponer, ver y oír cosas que en realidad no existen.
En el libro "El futuro de las ciencias psíquicas", Emile Boirac explica que son y seguirán siendo desconocidas las causas del déjà vu porque se trata de uno de tantos misterios que rodean al ser humano y que si la mayoría sentimos esa sensación de que es algo ya vivido, es imposible que todos nos equivoquemos. Por lo tanto ésto parece ser una puerta abierta a otra dimensión, a otra realidad, al futuro; y que nuestra propia mente es una máquina del tiempo que así como recuerda cosas del pasado también es capaz de crear y vislumbrar el futuro.
Por otro lado Arthur Funkhouser en el libro de psicología "Perspectivas" afirma que existen tres tipos de déjà vu: el déjà vécu (ya experimentado), el déjà senti (ya sentido) y el déjà visité (ya visitado). En estos tres tipos desempeñan un rol fundamental las sensaciones, las emociones, la mente y el conocimiento; es decir, no se trata sólo de clarividencia ni engaños de la memoria sino de algo que opera conjuntamente y que construye una realidad, la del futuro.
Lo cierto es que nadie parece tener la razón al respecto; pero si es verdad que la mente es una máquina del tiempo llegará el día en el que como en la película "Déjà vu" tengamos la capacidad de ir al pasado o al futuro para transformarlo y hacer de éste algo favorable o trágico; porque la historia se repite siempre y cuando no la conocemos. Por eso cuando por medio del déjà vu se nos revela lo que sucederá tenemos la posibilidad de cambiarlo.
Lo único malo es que no sabemos cuándo tendremos un déjà vu y por eso así como viene tan fugaz, repentino y confuso, así mismo se va dejándonos un vago recuerdo y un sentimiento de familiaridad, de confusión, de inconformidad y después todo vuelve a ser normal.
Por eso el déjà vu es hasta ahora una ilusión que aparece y desaparece dejando al alucinante confundido y desubicado.