Y para qué escribir si todo sigue igual, si no hay nada qué contar, si mis versos nadie los leerá.
Entre canciones, cervezas y pensamientos me pierdo dibujándote, sacándote de mi cabeza y acariciándote otra vez.
Hace tanto tiempo no sentía un abrazo, ni un beso... tus caricias me llenan como nunca antes y es así como en medio de un delirio me dejo amar. Pero cuando despierto te busco y no te encuentro; otra vez estás en mis pensamientos y te odio por eso.
No sé si es un privilegio amar a la persona que odio o tal vez es mi castigo por amar a quien no he debido; pero su sonrisa es tan adictiva y ese brillo en sus ojos tan inocente que es imposible no amar, no querer tocar, no querer besar.
No sé cómo hacer para que entienda o no sé qué hacer para yo entender que por más que quiera no me pertenece y que sobre mí primero caerá el cielo antes de que me llegue a amar.
No creía en imposibles, ni en amores... amores prohibidos, pero mi amor por ti es algo que trasciende y mejor antes de volverme cursi sigo tomando para escapar y así enredarme en brazos de otra persona y no amarte más.
Me entrego al placer y sin embargo cuando termina vuelves tú a ocupar mi mente y quisiera tenerte pero no encuentro la manera de decirte que no sabré lo que es el amor hasta el día en que mis labios toquen los tuyos y mis manos acaricien cada centímetro de tu cuerpo...
Mientras ese día llega seguiré tomando, escribiendo, dibujándote y odiándote por no hacer nada aún cuando sabes lo que siento, lo que hice por mi afán de querer olvidarte y lo que estaría dispuesto a hacer sólo por amarte.
Si no eres tú no es nadie, a nadie más escribiré porque nadie lee mis versos... nadie excepto tú y si tú no estás ya no habrán más historias qué contar.
Te quiero sacar de mi cabeza y lo voy a lograr aunque tenga que arrancarme los ojos para no tener que verte más.