Los
días van pasando y yo me siento prisionero del tiempo, la rutina, la soledad,
el silencio…
Soy
prisionero de un amor ausente, un amor que no es amor. Soy prisionero de la
distancia, cada vez más larga. Soy prisionero de mis dudas que se convierten en
un monstruo despiadado. Soy prisionero de los recuerdos que has dejado tras tu
partida.
El
sol se ha ocultado, ya no sale, ya no brilla. Lo mismo ocurrió con tu mirada,
se apagó, dejaste de mirarme, de brillar conmigo. Ahora te has convertido en mi
delirio, en mi carga más pesada, en mi condena más cara, en mi desgano. Pero
también eres mi esperanza, mi única esperanza.
Las
noches han sido tristes, solitarias, lamentadas. Mi casa, mi cuerpo, mi mente,
hasta mi propio corazón, se han convertido en mi cárcel voluntaria. Paso horas
pensando, recordando, sintiendo, añorando, soñando, deseando, dándome golpes contra
la realidad.
He
perdido todo lo que tuve alguna vez, no hay nada más que pueda perder. Ya no
soy libre, ya no soy amado, tu amado. Ya no soy cuerdo, ni sereno, ni alegre,
ni pleno… Ya no soy yo. Mi rostro se ha desfigurado, mis sueños son ahora
pesadillas, mi presente es una tormenta descomunal, mi pasado son fantasmas que
vienen y van, que no desaparecen nunca. Mi futuro… ¿Acaso existe? Será oscuro,
vacío, demente, inerte.
Estoy
sentenciado a amarte eternamente, aún con mis dudas y miedos, aún con tu
ausencia, aún con mi desgano, aún con tu silencio, aún después de tu partida.
Para consolarme hago vivos los recuerdos que tengo contigo, y entonces mi vida
ya no es real sino ficticia. Sin embargo en la ficción también se siente el
sufrimiento, ese peso de tu abandono.
Te
espero, a pesar de todo te espero, porque eres tú quien podrá darme libertad,
nadie más. Cuando se entrega el corazón completo, ya no queda espacio en él
para nadie excepto para quien lo posee, no importa que se desangre.
Gota
a gota voy apagándome, hundiéndome en la cárcel de mis incertidumbres,
muriéndome de amor, aún pensando en tu regreso, aún pensando en mi salvación.
Si
no vuelves, seré prisionero sentenciado a muerte por amor, muero por ti que me
enseñaste a vivir y a sentir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Tus comentarios son importantes y valiosos para mí, pues me ayudan a fortalecer mi crecimiento como autor, poeta y escritor. ¡Gracias!